Como usuarios,
estudiantes de las escuelas de idiomas o futuros docentes de lenguas
extranjeras, el término mediación no nos resulta ajeno o peculiar,
sino más bien un elemento del que ya se hablaba en el pasado, pero
que no se trataba como una destreza en particular. No obstante, tal y
como veremos a continuación, la mediación está presente en todos
los aspectos de la vida, en el día a día y, evidentemente, entre
usuarios que se comunican en un idioma determinado. Este proceso de
mediación puede ocurrir tanto entre usuarios que compartan una misma
lengua, como entre aquellos que se comuniquen en una lengua
extranjera, y sirve de intermediario entre personas que tengan una
necesidad de comunicación y que recurran a esta habilidad para
transmitir un mensaje.
La mediación, como
ya hemos mencionado, no es nueva, y de hecho aparecía mencionado en
el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas en el año
2001. No obstante, es ahora, con la publicación reciente del
Companion Volume cuando cuenta con
descriptores de habilidad.
Este hecho sumado a
la reforma de niveles en Escuelas Oficiales de Idiomas, quizás ha
sido el catalizador de su inclusión en las aulas de manera más
reglada. Como ejemplo, tomaremos una de las situaciones vistas en
clase, que corresponde a un nivel C1.
Como se puede
apreciar, todas ellas requieren que se dominen los otros modos de
comunicación (también denominados actividades de la lengua) como la
comprensión y producción, ya que la mediación resulta ser una
amalgama de estas. Es necesario comprender el texto, sea oral o
escrito, procesarlo y retransmitirlo de manera oral o escrita a una
tercera persona. No debe confundirse, sin embargo, con una traducción
o interpretación profesional. Estas se llevan a cabo con
conocimientos propios de la materia y se centran en la transmisión
del mensaje, de manera que resulte lo más fidedigna posible al
original, mientras que la mediación incluye un elemento personal por
parte del intermediario, que es el encargado de seleccionar y
reestructurar la información, transmitiendo aquello que considere
interesante o significativo. Con esto en mente, los siguientes
ejemplos de actividades de
mediación realizados en clase ilustran varias de las ideas
comentadas.
Otro de los aspectos
comentados en clase ha sido el plurilingüismo. Mediante una puesta
en común en clase resultó evidente que nuestros perfiles
presentaban una gran diversidad. Si bien nuestra formación como
filólogos y traductores podría tener que ver, la confluencia de
varias lenguas como el inglés, francés, alemán, portugués o
incluso japonés demostraron que esa misma diversidad podría, y
suele, darse en nuestro futuro alumnado. El plurilingüismo es, pues,
un elemento que debe tenerse en cuenta, en especial dado el ambiente
multicultural en el que vivimos, no solo por pertenecer a la Unión
Europea, sino también por la presencia de personas de diversas
etnias, culturas y lenguas que habitan en el país y que asisten a la
enseñanza secundaria, así como a las aulas de las Escuelas de
Idiomas. Por lo tanto, en el ejemplo de (Galician) Foodies
presentado en el documento anterior, hemos considerado importante
incluir aspectos de la cultura y la lengua gallega y la realización
de una actividad principal de mediación entre estas y el público
receptor de la información, con la gastronomía gallega y su
difusión como eje central. En (Galician) Foodies hemos tenido
en cuenta, también, la presencia de personas provenientes de otros
contextos socioculturales y que no hablen gallego o posean un nivel
básico de competencia en alguna de las actividades de la lengua.
Uno de los factores
que también han guiado las propuestas de ejercicios ha sido el
enfoque orientado a la acción en el que se basa el MCER. En
(Galician) Foodies lo aplicamos a la difusión mediante
plataformas de vídeo de contenidos de tipo gastronómico que se
relacionen con la lengua y cultura de Galicia mayoritariamente. Se
busca que el alumnado participe de manera activa en la creación de
videos que narren recetas típicas y promuevan la interacción
intergeneracional. Posteriormente y por parejas, podréis encontrar
otro ejemplo orientado a la acción, en este caso como actividad de
comprensión.
En este caso, estas
actividades no solo buscan practicar la comprensión oral y escrita,
sino también tratar un tema transversal no siempre discutido en las
aulas de idiomas, como es el caso de la personalidad. Se busca que,
de manera amena, se informe de una de las tantas teorías de la
personalidad, en especial el modelo MBTI que en los últimos años ha
cobrado fama. Se busca concienciar de que hay otras maneras de
procesar la información, de actuar y que esto también influye en la
manera en la que aprendemos. No se trata de generalizar y encasillar
a la gente en una tipología concreta. No obstante, se basa en
premisas similares en lo que respecta a ser consciente de que existen
personas con diferentes niveles de tolerancia a la ambigüedad, y que
esto afecta la manera en la que nuestros estudiantes procesan la
información, se frustran, etc. Asimismo cabe señalar que, con
independencia de esto, los futuros docentes debemos asegurarnos de
que las dudas estén en la comprensión del texto, no en las
preguntas acerca del mismo.
Todo esto implica
que debemos procurar ser eclécticos en nuestra metodología para
poder llegar a la mayor parte de nuestro alumnado. Hay diversos tipos
de actividades más lúdicas como las presentes en ThoughtCo. o Edutopia,
que pueden resultarnos de utilidad a la hora de diseñar nuestras
actividades. Por lo tanto, son varios los elementos que intervienen
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Debemos, en primer lugar,
tener en cuenta que hoy en día es más y más común encontrarnos
ante personas con diferentes perfiles, muchas veces plurilingües, y
que esto no representa un impedimento, sino que puede incluso
beneficiarnos. Imaginemos, por un momento, que cierto vocabulario en
alemán se parece al inglés ya que comparte un origen común. Si el
estudiante posee un nivel elevado en inglés, ¿podríamos quizás
echar mano de estos conocimientos para relacionarlos con la lengua
que enseñamos, en este caso alemán? Asimismo, no podemos olvidar
que la mediación está lejos de ser un elemento completamente
foráneo, sino que lo usamos día a día para explicar recetas que
hemos leído, transmitir información acerca de un evento, etc., y
que por lo tanto nos ofrece una herramienta ideal de trabajo como por
ejemplo, la enseñanza entre pares. Cuando vemos que un estudiante le
explica a otro lo que se debe hacer en clase, ¿no estamos, pues,
asistiendo a un proceso de mediación? En el contexto sociocultural y
plurilingüe actual, la mediación es una herramienta tan útil como
los demás modos de comunicación. De hecho, si retomamos la idea
previamente mencionada de que esta incluye tanto la comprensión como
la producción, la mediación es, en realidad, incluso más
destacable.