En
la enseñanza de idiomas, las lenguas tradicionalmente se aprendían
en un contexto determinado. Dependiendo de la metodología adoptada a
lo largo de la historia, las lenguas podían tener un carácter
centrado en el análisis de literatura extrajera, como el método de
gramática-traducción, más bien basado en un enfoque comunicativo o
una de tipo ecléctico. No obstante, todas ellas, más o menos
orientadas a un aprendizaje para la vida real, seguían estando
mayoritariamente supeditadas a un contexto concreto. Hoy, sin
embargo, podemos hablar de la metodología AICLE o CLIL en inglés
que, si bien no reciente, sí lo es en comparación a otras vistas
previamente y de corte innovador dada la metodología empleada en
España.
AICLE
es, a grandes rasgos, el aprendizaje de una materia en una lengua
extranjera para fomentar así, un aprendizaje dual, que no requiera
un doble esfuerzo sino que se produzca de una manera más natural, y
que sirva para utilizar la lengua como lengua transmisora de otro
conocimiento. En España su puesta en marcha ha sido más bien
reciente, y con marcados puntos de vista tanto a favor como en
contra. A favor se hallan aquellos que opinan que es un buen método
para que el conocimiento sea integral y el alumnado desarrolle
competencias avanzadas en una o más lenguas extranjeras. Por otro
lado, quienes están en contra mayoritariamente opinan que las
materias deberían separarse, ya que por un lado crean confusión en
el alumnado que todavía no domina la lengua extranjera y, por otro,
el profesorado no está lo suficientemente bien preparado. La verdad
es que, actualmente, se requiere un nivel B2 para poder enseñar las
asignaturas AICLE, un nivel que, en mi opinión, se queda escaso para
un buen desempeño lingüístico. Este tipo de metodología
ciertamente no requiere una corrección gramatical precisa, sino que
está orientado a que la fluidez y la comunicación sean los factores
principales. No obstante, parece difícil asumir que un B2 sea
sinónimo de fluidez y comunicación. Ante este hecho, actualmente
existe un plan, Edulingüe, que pretende crear “un total de 500
centros plurilingües, 600 novas seccións bilingües e o dobre de
auxiliares de conversa, alcanzando os 1000” para 2020.
También
destina un apartado concreto al desarrollo del inglés, incluso en la
educación superior universitaria. En este punto, es donde varios
critican que se fomente el inglés por encima de otras lenguas,
cuando al principio del documento se habla de plurilingüismo. No
obstante, no podemos olvidar que en la actualidad el inglés es la
lengua franca de muchos, lengua principal de Internet y esta, a su
vez, fuente principal de información. Además, según las cifras
mencionadas por nuestra compañera Hana en su presentación, el inglés es la lengua extranjera que se enseña en Europa con gran
diferencia sobre las demás como el francés o el alemán.
Las
secciones bilingües donde predomina el inglés parecen, pues,
indiscutibles. A este efecto comenta nuestra compañera Rut en su
presentación sobre el Colegio Montecastelo Plurilingüe Concertado que,
como bien dice su nombre, es concertado. Parece equipararse la
enseñanza en inglés con la excelencia y, por lo tanto, con el
éxito. No obstante, dejando de lado este hecho, nuestra compañera
también hace una reflexión sobre las estancias en países como
Estados Unidos o Canadá pero en ninguno como Nigeria, lo que nos
hace preguntar el tipo de inglés que se busca enseñar y lo que se
pretende transmitir en este colegio “plurilingüe”.
Por
lo tanto, AICLE, si bien noble en teoría, posee factores que hacen
que su puesta en marcha sea criticada en varios aspectos. Asimismo,
los resultados con otros países que también lo llevan a cabo y
otros que no, como Islandia, revelan que AICLE no es necesariamente
un factor decisivo, sino que otros tantos también están
relacionados, como la metodología en general, el modelo de sociedad
y la valoración del profesor y la enseñanza, aspectos que se vieron
en las presentaciones de diferentes países como Corea del Sur,
Noruega o Finlandia. No debemos tampoco olvidar los constantes
cambios en legislación que España lleva a cabo, y que están
estrechamente relacionados con los cambios en el poder político y,
por ende, en la ideología. Esto dificulta que los resultados de un
plan en concreto puedan verse a largo plazo, ya que cuando el
profesorado se ha adaptado y el alumnado ha pasado por varias etapas
educativas, se vuelven a realizar cambios. Quizás sea más preciso
que se consideren estos hechos antes de hablar de metodologías.
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