lunes, 7 de enero de 2019

Tema 7/8: La metodología CLIL y los modelos educativos


En la enseñanza de idiomas, las lenguas tradicionalmente se aprendían en un contexto determinado. Dependiendo de la metodología adoptada a lo largo de la historia, las lenguas podían tener un carácter centrado en el análisis de literatura extrajera, como el método de gramática-traducción, más bien basado en un enfoque comunicativo o una de tipo ecléctico. No obstante, todas ellas, más o menos orientadas a un aprendizaje para la vida real, seguían estando mayoritariamente supeditadas a un contexto concreto. Hoy, sin embargo, podemos hablar de la metodología AICLE o CLIL en inglés que, si bien no reciente, sí lo es en comparación a otras vistas previamente y de corte innovador dada la metodología empleada en España.
AICLE es, a grandes rasgos, el aprendizaje de una materia en una lengua extranjera para fomentar así, un aprendizaje dual, que no requiera un doble esfuerzo sino que se produzca de una manera más natural, y que sirva para utilizar la lengua como lengua transmisora de otro conocimiento. En España su puesta en marcha ha sido más bien reciente, y con marcados puntos de vista tanto a favor como en contra. A favor se hallan aquellos que opinan que es un buen método para que el conocimiento sea integral y el alumnado desarrolle competencias avanzadas en una o más lenguas extranjeras. Por otro lado, quienes están en contra mayoritariamente opinan que las materias deberían separarse, ya que por un lado crean confusión en el alumnado que todavía no domina la lengua extranjera y, por otro, el profesorado no está lo suficientemente bien preparado. La verdad es que, actualmente, se requiere un nivel B2 para poder enseñar las asignaturas AICLE, un nivel que, en mi opinión, se queda escaso para un buen desempeño lingüístico. Este tipo de metodología ciertamente no requiere una corrección gramatical precisa, sino que está orientado a que la fluidez y la comunicación sean los factores principales. No obstante, parece difícil asumir que un B2 sea sinónimo de fluidez y comunicación. Ante este hecho, actualmente existe un plan, Edulingüe, que pretende crear “un total de 500 centros plurilingües, 600 novas seccións bilingües e o dobre de auxiliares de conversa, alcanzando os 1000” para 2020. 



También destina un apartado concreto al desarrollo del inglés, incluso en la educación superior universitaria. En este punto, es donde varios critican que se fomente el inglés por encima de otras lenguas, cuando al principio del documento se habla de plurilingüismo. No obstante, no podemos olvidar que en la actualidad el inglés es la lengua franca de muchos, lengua principal de Internet y esta, a su vez, fuente principal de información. Además, según las cifras mencionadas por nuestra compañera Hana en su presentaciónel inglés es la lengua extranjera que se enseña en Europa con gran diferencia sobre las demás como el francés o el alemán.

Las secciones bilingües donde predomina el inglés parecen, pues, indiscutibles. A este efecto comenta nuestra compañera Rut en su presentación sobre el Colegio Montecastelo Plurilingüe Concertado que, como bien dice su nombre, es concertado. Parece equipararse la enseñanza en inglés con la excelencia y, por lo tanto, con el éxito. No obstante, dejando de lado este hecho, nuestra compañera también hace una reflexión sobre las estancias en países como Estados Unidos o Canadá pero en ninguno como Nigeria, lo que nos hace preguntar el tipo de inglés que se busca enseñar y lo que se pretende transmitir en este colegio “plurilingüe”.
Por lo tanto, AICLE, si bien noble en teoría, posee factores que hacen que su puesta en marcha sea criticada en varios aspectos. Asimismo, los resultados con otros países que también lo llevan a cabo y otros que no, como Islandia, revelan que AICLE no es necesariamente un factor decisivo, sino que otros tantos también están relacionados, como la metodología en general, el modelo de sociedad y la valoración del profesor y la enseñanza, aspectos que se vieron en las presentaciones de diferentes países como Corea del Sur, Noruega o Finlandia. No debemos tampoco olvidar los constantes cambios en legislación que España lleva a cabo, y que están estrechamente relacionados con los cambios en el poder político y, por ende, en la ideología. Esto dificulta que los resultados de un plan en concreto puedan verse a largo plazo, ya que cuando el profesorado se ha adaptado y el alumnado ha pasado por varias etapas educativas, se vuelven a realizar cambios. Quizás sea más preciso que se consideren estos hechos antes de hablar de metodologías.

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