domingo, 6 de enero de 2019

Tema 6: Las programaciones didácticas vigentes


En el proceso de enseñanza-aprendizaje de lenguas, debemos tener en cuenta una serie de elementos que acompañan a esta tarea y que se recogen en unos documentos denominados programaciones didácticas, de las cuales hablaremos a continuación.
Las programaciones son diseñadas por los departamentos de cada materia con el fin de planificar y concretar las medidas que se llevarán a cabo para coordinar las tareas del profesorado en una etapa determinada. Incluyen el contexto del alumnado, los objetivos, las competencias y elementos transversales, los recursos, las medidas de atención a la diversidad, los contenidos y la manera en la que se secuencian, así como los mínimos exigibles, el grado mínimo de consecución y las herramientas de evaluación tanto para el alumnado como para el profesorado. Son un plan general que posteriormente se concreta en las programaciones de aula. Como ya hemos visto, tienen en cuenta aspectos concernientes al alumnado y a sus necesidades, ya que sus fuentes son la epistemológica (conocimientos sobre la materia), didáctica (PEC, leyes, órdenes), psicológica (las características psicoevolutivas del alumnado) y la sociológica (el entorno sociocultural y económico, así como la variedad de perfiles y ritmos de aprendizaje), todos ellos factores que se deben tener en cuenta para desarrollar un enfoque metodológico ecléctico que se adapte a las diferentes circunstancias. Las programaciones didácticas son, pues, fundamentales para el buen desempeño de la función docente y se convierten en el eje principal del proceso.
Fuente: Freepik


 
Si del eje principal se tratan, ¿no deberían acaso ser objeto de una mejora constante? Sabemos que en la enseñanza obligatoria, el currículo ha sido objeto de una reforma educativa hace unos años. En el caso de las Escuelas Oficiales de Idiomas, el cambio en los currículos para adaptarse a la nueva normativa educativa no llegó hasta el año pasado, curso 2018-2019, en Galicia bajo el Decreto81/2018El primer elemento que llama la atención al empezar a leer dicha normativa, es la clasificación de los niveles, desde el A1 al C2, que se corresponden con los niveles de referencia del MCEREsta clasificación va conforme al referente europeo por el que se rigen los niveles en otras instituciones y organismos, por lo que resulta en un cambio positivo de cara a la obtención de certificados y competencias que estén en consonancia con el resto de organismos. Hasta hace poco, el B2 era el nivel avanzado y no existía la posibilidad de acceder a más niveles, salvo por el C1 en determinados idiomas. Esta diferencia en los niveles también abría la puerta a debates como “¿En las Escuelas de Idiomas se da más nivel del que se certifica?” o ¿Debo pagar a una institución como Cambridge o la Alliance Française para obtener el nivel que deseo/necesito?”. La equiparación de estos niveles a los demás debería, pues, situar a cada etapa con la realmente le corresponde, si bien todavía surgen debates a este respecto. En especial, cabe señalar la preocupación por la ampliación de años de estudio que conlleva en varios casos a 8, en vez de 6, 1 curso por nivel.

Con independencia de esta nueva clasificación, la reforma incluye un elemento nuevo, la mediación. Se introduce como una quinta destreza sumadas a las conocidas CO (comprensión oral), CE (comprensión escrita), EO (expresión oral) y EE (expresión escrita). Por lo tanto, las destrezas de expresión oral y escritas pasan a ser PCTO y PCTE (producción y coproducción oral y escrita respectivamente). Esta nueva destreza busca cumplir con el fin de ser capaz de llevar a cabo la tarea de intermediario entre diferentes idiomas, culturas, personas, etc. Este fin en sí mismo, que responde a las premisas europeas para la convivencia, es noble. No obstante, este cambio sumado a otros como la falta de tiempo y la presión por su inminente instauración en los centros, ha supuesto que el profesorado de los diferentes centros se vea obligado a establecer este nuevo sistema en un plazo de tiempo muy reducido. Ante estos cambios, la Consellería de Educación ha emitido una guía curricular para ayudar con esta transición, en donde se incluye también un modelo de unidad temática (el término equivalente a una unidad didáctica en Escuelas de Idiomas).


No obstante, estas nuevas directrices siguen siendo fruto de una puesta en marcha, en mi opinión, precipitada y que no asegura que se lleve a cabo con eficacia. Desde el punto de vista de los estudiantes, resulta brusco y en varias ocasiones se nota la falta de información disponible que brindar al alumnado, en especial en la preparación para las nuevas pruebas de certificación que deben llevarse a cabo con el nuevo currículo y la integración de esta nueva destreza. Por lo tanto, si las programaciones didácticas constituyen un elemento tan fundamental, ¿no sería más importante asegurarse de que la transición a un nuevo modelo se lleve a cabo en el tiempo que sea necesario y no tan precipitadamente?

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