viernes, 22 de febrero de 2019

Las competencias clave y la enseñanza de la gramática y el vocabulario

En lo que respecta a la segunda parte de esta parte de la materia (sesión 3), trataremos dos aspectos relativos a la docencia de las lenguas extranjeras. El primero son las competencias clave, un concepto con el que debemos estar familiarizados, en especial con miras a las oposiciones, ya que estas deben estar presentes en nuestra programación didáctica. El segundo aspecto tiene que ver con la enseñanza del vocabulario y la gramática, el enfoque empleado y la corrección de errores.

Comenzamos, pues, con las competencias clave. El Decreto 86/2015 que establece el currículo de la enseñanza secundaria obligatoria y del bachillerato en la Comunidad Autónoma de Galicia hace mención a siete competencias clave: competencia lingüística (CCL), competencia digital (CD), competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología (CMCCT), aprender a aprender (CAA), competencias sociales y cívicas (CSC), sentido de iniciativa y espíritu emprendedor (CSIEE), y conciencia y expresiones culturales (CCEC). Esta clasificación se remonta a la Recomendación 2006/962/EC, de 18 de diciembre de 2006, del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, el cual consideraba la lengua materna y las lenguas extranjeras como dos competencias separadas, sumando así un total de ocho. En lo que concierne a nuestra profesión, la competencia lingüística viene implícita en la enseñanza de las lenguas extranjeras. Con respecto a las demás, la CMCCT y la CSIEE no son estrictamente obligatorias, si bien podemos y sería recomendable incluirlas en nuestra programación. Podemos trabajarlas desde nuestra asignatura a través de actividades en las que se deba pesar, medir o hacer cálculos simples y rutinarios en el caso de la CMCCT y a través de la creación de proyectos o trabajos desarrollados por el alumnado y que tengan una aplicación real en el caso de la CSIEE. Después de todo, estas competencias no son entes en compartimentos estancos, sino que, como bien decía la Recomendación del Parlamento Europeo, se trata de competencias para un aprendizaje permanente, que sirva para formar a futuros ciudadanos. Cabe destacar que en Escuelas Oficiales de Idiomas, no se habla de competencias clave per se. No obstante, estas están implícitas en las habilidades o destrezas que el alumnado debe llevar a cabo (saber hacer, saber ser…).

En una actividad en pequeños grupos llevada a cabo en clase, mis compañeras Cayetana Álvarez, Ana Proupin y yo pensamos en posibles tareas que realizar para incluir, por ejemplo, la competencia social y cívica. Algunas de las ideas tuvieron que ver con la elección del delegado de clase, la creación de una campaña, una propuesta en change.org o una gymkana de reciclaje para concienciar sobre el botellón. Tanto estas actividades como las propuestas por otros compañeros para el resto de las competencias clave dejaron claro que las competencias pueden ser incluidas a través de diversas actividades, en especial en la enseñanza de las lenguas extranjeras.

Fuente:http://educalab.es/-/consulta-europea-para-la-revision-de-las-competencias-clave


En lo que a los propios contenidos de lenguas extranjeras se refiere, existen dos grandes grupos que cementan el conocimiento de la lengua: la gramática y el vocabulario. Hasta ahora y a lo largo de las sesiones de la asignatura, hemos visto que el enfoque tradicional de gramática-traducción es el que ha primado en nuestra propia enseñanza, donde la fonética y la comunicación eran secundarios o incluso inexistentes. A raíz de ello y de la nueva tendencia hacia un enfoque más comunicativo donde la gramática no sea el foco principal, parece que la gramática y el vocabulario se han dejado más de lado. No obstante, considero que para conseguir un buen nivel de fluidez es necesario adquirir vocabulario y que la enseñanza de la gramática es fundamental para asentar y fijar los conocimientos, sin que por ello se vea afectada la comunicación. Es decir, el ideal estaría situado en el medio entre la fluidez y la gramática, ya que no podemos olvidar que los estudiantes de lenguas extranjeras no cuentan con los mecanismos para aprender las lenguas extranjeras de manera inconsciente como su L1. El problema, sin embargo, radica en el uso excesivo de una metodología sobre otra. Si otorgamos toda la importancia a la comunicación pero dejamos de lado aspectos más formales, caemos en la problemática de repetir una vez los mismos errores que con la metodología tradicional. De hecho, existen situaciones en las que algunos estudiantes necesiten de indicaciones expresas de gramática para poder proseguir con el aprendizaje de la lengua. Esto nos lleva a la conclusión de que debemos ser eclécticos, para poder adaptarnos a la diversidad que existirá en nuestras aulas. Asimismo, las actividades que diseñemos, deberán seguir un orden de complejidad y de guía para que el alumnado no se halle en el problema de tener que llevar a cabo tareas fuera de contexto, un error que con frecuencia se observa en la metodología tradicional. Como orden lógico, las actividades deberían ir de más guiadas a menos, hasta acabar con una producción más libre por parte del alumnado.

Como ejemplificación de este modelo, mi compañera Cayetana Álvarez y yo diseñamos un conjunto de actividades para enseñar un contenido gramatical, en nuestro caso “can/can’t”, y otros de vocabulario relativo a los estados de ánimo.
En cuanto a los contenidos gramaticales, la secuencia sería:
            1. Actividad de calentamiento en la cual el alumnado describe lo que los compañeros pueden hacer mediante charades.
            2. Ejercicio controlado de respuesta física total (TPR). Se usarán unas tarjetas con acciones (play the guitar, cook...) y el alumnado tendría que correr hacia la derecha si puede (can) hacer la acción o a la izquierda si no puede (can’t).
            3. Ejercicio semi-controlado. De manera oral, practicar estructuras como “I can’t swim but I can sing. And you?”.
            4. Elaboración de un poema escrito sobre lo que son capaces de hacer y lo que no.
En cuanto a las actividades de vocabulario, la secuencia sería:
            1. Actividad de calentamiento con una aplicación móvil que permitiese unir el vocabulario “happy”, “sad”, etc., con emojis que representen esas emociones.
            2. Ejercicio controlado donde en parejas un estudiante tenga una tarjeta con el estado de ánimo pegado a la frente y su compañero deba describirlo mediante gestos, de manera que la persona con la tarjeta en la frente pueda adivinarlo.
            3. Ejercicio semi-controlado en grupos de cuatro. Cada alumno tendrá que decir “You feel like this when… (por ejemplo, You feel like this when you eat ice-cream) y que los demás miembros del grupo tendrán que adivinar el estado de ánimo.
            4. Ejercicio libre: realización de un calendario a 15 días del estado de ánimo personal y las razones por las que se sintieron así. De esta manera, podremos contar con más datos sobre el alumnado, en especial si también somos tutores del grupo.

Como hemos podido observar, las competencias clave están presentes a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje en diferentes campos. Las lenguas extranjeras permiten desarrollar estas competencias de diversas maneras. Asimismo, no debemos olvidar mantener una metodología ecléctica, donde la gramática y el vocabulario también estén presentes y se expliquen de manera precisa para todo aquel alumnado que necesite este tipo de método. No obstante, estos contenidos y actividades deben llevar un orden lógico y ofrecer información en contexto para que el proceso resulte significativo.

9 comentarios:

  1. ¡Hola Carla!
    Resulta interesante ver que aunque, como mencionas, la competencia matemática no es obligatoria, ésta sí está bastante presente (de forma indirecta) en la clase de LE. ¿Qué trabajamos, sino, cuando vemos las horas, las monedas, las distancias, etc.? Realmente, todas las competencias están relacionadas entre sí y todas son de gran importancia. Por otro lado, estoy de acuerdo contigo cuando dices que se debe mantener un equilibro entre el enfoque tradicional y el inductivo, ya que la gramática es importante para conseguir una buena comunicación, pero sin centrarse exhaustivamente en las reglas gramaticales, sino que se debe enseñar aquello que sea necesario para el contexto comunicativo en cuestión.
    ¡Muy buena entrada!
    Un saludo,
    Marta

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  2. Buenos días, Carla:



    Muchas gracias por tus aportaciones. En primer lugar, gracias por el enlace a la Recomendación 2006/962/EC, e 18 de diciembre de 2006, del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente. Además de la división entre competencia en lengua materna y en lengua extranjera, me ha resultado muy interesante la presencia de la de 'sentido de la iniciativa y espíritu de empresa': ahora comprendo la modificación hecha en la LOMCE con respecto a la competencia de la LOE 'autonomía e iniciativa personal', que pasa a ser 'sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor', en línea con esta Recomendación.

    Con respecto al bloque de las actividades, estoy de acuerdo contigo en que lo adecuado es adoptar un enfoque 'ecléctico' como metodología didáctica en LE, moviéndonos entre la gramática y la comunicación. Por otro lado, creo que las actividades que habéis elaborado, tanto las de vocabulario como las de gramática, le resultarán relevantes al alumnado, ya que apelan a sus habilidades ('can/can't') y emociones personales (vocabulario). Me ha parecido muy positiva la inclusión de la respuesta física total, ya que les permite cambiar el ritmo de la clase y moverse un poco, algo que seguro que agradecen, sobre todo en los primeros curso de la ESO.

    Un saludo. Ha sido un placer compartir este tiempo contigo en el aula.

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  3. ¡Hola Carla!

    En primer lugar me gustaría felicitarte por esta entrada puesto que considero que has aportado ideas y reflexiones muy interesantes. Asimismo, la entrada está muy bien redactada y los diferentes temas están expuestos de forma clara y sencilla, lo que facilita su lectura.

    En cuanto a los contenidos, estoy totalmente de acuerdo contigo en muchas de las cuestiones que comentas como, por ejemplo, el hecho de que como docentes debemos de encontrar un equilibro entre el enfoque comunicativo y la enseñanza de la gramática. Como bien comentas, si nos centramos excesivamente en un enfoque comunicativo y dejamos de lado la gramática, estamos cayendo en el mismo error que si nos centramos únicamente en un enfoque gramatical y nada comunicativo como es el de la metodología tradicional. Sin duda, el éxito está en el equilibro, y en saber adaptar nuestro propio enfoque a la diversidad del alumnado así como a los diferentes contextos educativos.

    Con respecto a las actividades que propones, me ha parecido una buenísima idea la cuarta actividad que habéis creado para trabajar el vocabulario. Considero que el hecho de que creen un calendario con sus estados de ánimo no solo les puede ayudar a practicar el vocabulario, sino que como bien comentas, nos puede aportar a los docentes información muy interesante acerca de nuestro alumnado.

    ¡Un saludo!

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    1. Hola Joana,

      Gracias por tu comentario. Una aclaración:

      Tenemos el método deductivo (donde la gramática es lo más importante) y el inductivo (lo más importante es la fluidez y la comunicación, quedando la gramática relegada a un segundo o tercer plano). En el medio está el enfoque comunicativo, que considera que la gramática se debe estudiar y trabajar, pero sólo aquella que necesitemos para que las actividades que hayamos diseñado sean comunicativas. Debemos seguir un enfoque comunicativo basado en las competencias según la ley vigente. Lo mejor es mantener una metodología ecléctica (aunque el enfoque principal sea el comunicativo), ya que esto se adapta mucho más a los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje de nuestro alumnado. Pero ojo, que el enfoque se llame enfoque comunicativo, no quiere decir que reniegue de la gramática, ese enfoque es el inductivo.

      Un saludo,
      Úrsula.

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  4. ¡Hola, Carla!

    Coincido contigo en que lo ideal sería encontrar un equilibrio entre la importancia de la gramática y la comunicación en nuestro método didáctico. Si bien los resultados que se han obtenido hasta ahora utilizando el método tradicional no han sido buenos, no creo que eliminarla por completo sea una buena idea. El alumnado debe adquirir fluidez pero también corrección (o al menos ese debería ser nuestro objetivo). Además, también debemos tener en cuenta que en las pruebas de Selectividad se exigirá al alumnado que realice ejercicios gramaticales, por lo que debemos prepararlos para ello (o quizás, cambiar el tipo de examen de Selectividad, aunque esto por ahora no depende de nosotras...).

    ¡Un saludo!

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  5. Hola Carla,

    Muchas gracias por tu entrada e ideas.

    Añado algunos comentarios a continuación.

    En tu blog mencionas: “Esta clasificación se remonta a la Recomendación 2006/962/EC, de 18 de diciembre de 2006, del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre las competencias clave”. Esto no es del todo cierto. Ahí hablan de competencias clave, pero ya se mencionaban las competencias básicas en la LOE, que es anterior, de mayo del 2006.

    Mencionas: “Cabe destacar que en Escuelas Oficiales de Idiomas, no se habla de competencias clave per se. No obstante, estas están implícitas en las habilidades o destrezas que el alumnado debe llevar a cabo (saber hacer, saber ser…).” Efectivamente, las competencias clave no se mencionan per se en la legislación de la EOI, pero están vinculadas al Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación (MCER, o CEFR en inglés)-

    En lo referente a como contribuimos desde la clase de LE a las competencias deberías escribir sobre todas las competencias y no sólo sobre la que os tocó trabajar en el aula. Las actividades que mencionas para la competencia que os tocó trabajar son muy interesantes, aunque me hubiese gustado que las explicases brevemente y que no sólo las mencionases.

    En el blog comentas que por un lado está el enfoque comunicativo que reniega de la gramática y que estaría bien un término medio entre la fluidez y la adecuación. Pues bien, creo que lo entendiste mal. Ese es el enfoque comunicativo. El término medio. En los extremos estarían el método deductivo (donde la gramática es lo más importante) y el inductivo (lo más importante es la fluidez y la comunicación, quedando la gramática relegada a un segundo o tercer plano). En el medio está el enfoque comunicativo, que considera que la gramática se debe estudiar y trabajar, pero sólo aquella que necesitemos para que las actividades que hayamos diseñado sean comunicativas. Debemos seguir un enfoque comunicativo basado en las competencias según la ley vigente. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que lo mejor es mantener una metodología ecléctica (aunque el enfoque principal sea el comunicativo), ya que esto se adapta mucho más a los diferentes estilos y ritmos de aprendizaje de nuestro alumnado.

    En lo relativo a las actividades de vocabulario y gramática, no has incluido ni el curso ni la temporalización. Sin esta información es muy difícil evaluar la actividad, ya que al no saber el curso no te puedo comentar si es adecuado y al no saber la temporalización no te puedo decir si esas actividades son suficientes o no. Las actividades son interesantes y están bien. Está bien que hayas pensado en el ACNEAE y los fast finishers. Es una pena que no relacionases el vocabulario con la gramática.

    Me encanta que los links se abran en otras ventanas.

    Gracias por tu trabajo e ideas,
    Un saludo,
    Úrsula.

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